Los materiales curriculares editados en soporte papel y, en especial los
llamados libros de texto, constituyen uno de los principales recursos para la
tarea docente del profesorado, si no el principal recurso en muchos casos. El papel real que tienen en el interior de cada
aula depende en gran medida del uso específico que de ellos haga el profesor.
Considero que tanto lo que se enseña y
lo que se aprende está regulado y condicionado por el conjunto de medios y
materiales utilizados son la clave para la difusión y
desarrollo de las innovaciones educativas.
Los materiales didácticos nunca deben sustituir la labor del profesor, sino que están a su servicio, que es quien los adapta y los utiliza según las necesidades de los alumnos.
La incorporación de las TIC´S supone un cambio definitivo por las posibilidades que aportan, ahora bien, siempre de la mano de la labor de diseño y selección con criterios pedagógicos del profesor.
Sería lógico pensar que las generaciones más jóvenes que ya se están familiarizando con conceptos y usos de las nuevas tecnologías reciban esos conocimientos de sus profesores. Pero... ¿están los profesores capacitados, formados y preparados para hacerlo? Los profesores, con la introducción de las Nuevas Tecnologías en los centros, cambian su rol; hoy no es suficiente pedirle al profesor que esté informado, no debe ser la única fuente, ni siquiera la más completa, pues la información a manejar es infinitamente mayor. Se le exige que fomente la convivencia, la participación, la cooperación, la autocrítica, la ética y la reflexión y que parta de los conocimientos que ya trae el alumno, para sistematizarlos y utilizarlos de manera creativa y constructiva.
En definitiva, este problema pone en evidencia que la dependencia docente de los libros de texto es un síntoma de la descualificación profesional del profesorado.
En este sentido, tal vez deberíamos plantearnos si la tecnología no avanza mucho más rápidamente que la sociedad en su capacidad de adaptación.
El riesgo que existe en la importancia de basar la enseñanza principalmente
en el material curricular se da en cuanto al rol del profesor a la hora de
diseñar para producir la mediación entre alumnos y contenidos, y a la
más importante labor de diseño de situaciones de enseñanza – aprendizaje. Su
labor en cuanto al buen uso de los materiales curriculares para conseguir un
resultado óptimo debe basarse en:
- Diseñar
los recorridos y las recopilaciones de información suficiente, necesaria,
didáctica y rigurosa que fundamente los contenidos curriculares. El libro deja de ser el libro para que
el profesor seleccione, sintetice y filtre la información.
- El
profesor selecciona los canales de comunicación con sus alumnos, aprovechándose del diverso material
curricular y todas las herramientas existentes, adaptándolas a su uso
didáctico: blogs, correo, foros, moodle, etc,
- La
inclusión en los materiales para el alumno de fichas de refuerzo y apoyo,
de esquemas y síntesis de contenidos mínimos, de guías didácticas, de
actividades de recuperación de contenidos, de exámenes virtuales o
cuestionarios de revisión, de actividades de ampliación y de
investigación… posibilitan la tan ansiada enseñanza individualizada al
menos en cuanto a recursos.
- El
diseño y la inclusión de actividades cooperativas, que impliquen
interacción, intercambio de materiales, de información y respuestas, que
permita ejercer roles en las distintas actividades.
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