Los materiales curriculares, como los demás elementos que
intervienen en la práctica docente, han de enfocarse para satisfacer las
necesidades del cliente, en este caso el alumno. De esta forma, los materiales
curriculares habrán de desarrollar y aplicar los currículos de acuerdo con las
características de cada uno de los alumnos y de todos los servicios educativos.
Esto quiere decir que deberán existir materiales específicos para, por ejemplo,
el Programa de Diversificación Curricular y el futuro Programa de Cualificación
Profesional Inicial, en la ESO; para los alumnos con necesidades educativas
específicas -ya sean de educación compensatoria o de integración-; para el
alumnado adulto; para la enseñanza a distancia, etc.
Para ello, habrá que ampliar el concepto
de material curricular y contemplar, además, los nuevos
soportes técnicos de formación y de acceso a la cultura. En este sentido,
aparte del material impreso de tipo tradicional, habrá que desarrollar otros
materiales que cuenten con las nuevas tecnologías como herramienta. Dada la
pérdida de la influencia cultural e ideológica de la institución escolar,
debido a la influencia de la mass media y de las nuevas tecnologías, no sólo se
debe transmitir información, sino que hay que orientar al alumno para que
organice racionalmente esa información. De ahí la necesidad de incorporar al
currículo el aprendizaje de las nuevas tecnologías una vez, eso sí, que se
hayan solventado las carencias de formación y de dotación e infraestructuras de
los centros.
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