miércoles, 24 de abril de 2013

DESARROLLO DEL PROGRAMA DE INTERVENCIÓN (PIAAR-R 1)



1-Técnicas de intervención

1.1-  Demora forzada

Consiste en obligar a los alumnos a tomarse el tiempo necesario antes de  dar la respuesta al problema, ejercicio o estímulo presentado. Así, se exige un tiempo mínimo, previamente fijado, para la realización de cada uno de los ejercicios de que consta el programa, antes del cual no se puede emitir la respuesta o no se puede dar por concluido el ejercicio. Para conseguir esta demora se emplea la mediación verbal (instrucciones verbales claras) y modelado participativo (llevado a cabo por la pedagoga).

1.2-  Enseñanza de estrategias cognitivas adecuadas de escudriñamiento y análisis de detalles (scanning):

No se trata sólo de que el niño emplee más tiempo en resolver la tarea, sino de que también saque más rendimiento a ese mayor período de latencia. Hay que enseñarle a escudriñar cuidadosamente los detalles, presentándole de una manera clara las estrategias pertinentes para ello.
Se les enseña los siguientes pasos:

a/ Mirar el modelo y todas las variantes o copias.
b/ Fragmentar las variantes en las partes que las componen.
c/ Seleccionar cada uno de los fragmentos y compararlos a lo largo de las variantes buscando semejanzas y diferencias entre ellos y con respecto al fragmento modelo.
d/ Determinar en el modelo la forma correcta del fragmento en cuestión.
e/ Eliminar sucesivamente las alternativas que difieran del modelo en cada fragmento.
f/ Continuar eliminando variantes hasta que sólo quede una como correcta.

Es muy importante el papel de la pedagoga que va analizando cuidadosamente los detalles en ejercicios de emparejamiento utilizando, como respuestas adicionales, la verbalización de todos los pasos que da, haciendo explícitos y claros los componentes encubiertos de la estrategia reflexiva y la realización de marcas o señales donde conviene.


1.3-  Autoinstrucciones. Enseñanza de estrategias de autocontrol verbal por medio del habla interna

Se basan en el papel del lenguaje como modulador de la conducta, es decir la función directiva del habla. Se trata de enseñar a los niños a usar el lenguaje interno como regulador de la conducta y como fuente de autocontrol.
El procedimiento utilizado consta de los siguientes pasos:
a/ La pedagoga realiza la tarea mientras se habla a sí mismo en voz alta (modelado cognitivo).
b/ El niño realiza la misma tarea bajo la dirección de las instrucciones de la pedagoga (como guía externa y manifiesta).
c/ El niño se cuchichea a sí mismo las instrucciones mientras avanza en la tarea (auto-guía manifiesta atenuada).
d/ Por fín, el niño realiza la tarea mientras guía su actuación por medio del habla interna, privada, inaudible, o autodirección no verbal (auto-instrucción encubierta).

Partiendo de este procedimiento general, se le enseña un método de resolución de problemas al niño, que consta de los siguientes pasos:
1.       Identificación del problema y toma de conciencia de lo que se traba (“Qué es lo que tengo que hacer?”).
2.       Centrado de la atención y guía de la respuesta. Focalización de la atención en la respuesta que se da a esa pregunta recién autoformulada (“Bien, detente ahora y repite las instrucciones”).
3.       Habilidades del dominio de la autoevaluación y autorrefuerzo; se le enseña a autoevaluarse y a autorreforzarse (“Bien, lo estoy haciendo bien”).
4.       No descentrarse de la tarea y corrección de errores, si se producen (“Está bien hecho y, si me equivoco, puedo hacerlo más despacio, corregirlo y de todos modos tengo que repasarlo, por si acaso”).
Teniendo en cuenta la edad de los niños, diseñamos unas mascotas que consisten en unos lápices animados, cada uno de ellos con un mensaje visual muy claro, que se refieren a situaciones diferentes, en las que desglosamos el procedimiento de resolución de problemas.´









 Los mensajes que los niños deben memorizar e integrar en su trabajo ordinario son los siguientes:

1.       Atención, ¿Qué tengo que hacer? Escucho.
2.       Leo atentamente. Me fijo mucho.
3.       Pienso. Hago un plan.
4.       Respondo. Hago el ejercicio. Lo hago con cuidado. Puedo hacerlo bien.
5.       Repaso el trabajo con atención y, si me equivoco, lo corrijo.
6.       Lo conseguí. Soy bueno en esto.

Estas mascotas, con los seis pasos, dibujadas en tamaño grande, presiden la clase y son visibles en todo momento, y también son incluidas, en tamaño pequeño, en cada una de las hojas de los ejercicios del programa que hubieron de resolver los alumnos.

Este procedimiento fue enseñado a los alumnos de manera gradual, de acuerdo con los pasos establecidos:
Realización de la tarea por el modelo-profesor o agente educativo, con habla externa que explicita os pasos, dirección de los alumnos por parte del modelo con habla externa, autodirección susurrada y autodirección encubierta, por el habla interna, no audible, hasta que fue integrado por los alumnos.



1.4-  Entrenamiento en solución de problemas

El entrenamiento en solución de problemas ha sido muy eficaz para incrementar la reflexividad.
Se utiliza un procedimiento específico, el “PT” (Plan Training o Plan de Entrenamiento). Este programa plantea problemas hipotéticos tomados de la vida corriente y enfatiza la producción de múltiples alternativas de solución y el análisis de sus posibles consecuencias positivas y negativas antes de quedarse con la solución que, en términos de costo, riesgo y precisión, se considere la mejor. 


1.5- Modelo participativo

El uso del modelado participativo aumenta la reflexividad. El modelado está continuamente presente en este programa, inmerso en las otras técnicas y en todas las sesiones del mismo: la pedagoga ejemplifica ante los alumnos la realización de los ejercicios del programa para que aprendan reflexividad y los corrige verbalizando las estrategias de solucuón.

1.6- Reforzadores

El refuerzo contingente a la realización de la conducta es muy eficaz para incrementar el tiempo de latencia y también para disminuir los erros.
Para reforzar la ejecución de los alumnos se debe utilizar en cada ejercicio el refuerzo social, el ánimo de todos los compañeros del grupo: la aprobación, el ánimo, el reconocimiento y la crítica constructiva, animando a la mejora a los que se equivocan.

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