miércoles, 24 de abril de 2013

Participación familiar

En la práctica profesional in-situ, me llama la atención la importancia de la participación de las familias en el asesoramiento a sus hijos. Se procura desarrollar una práctica profesional coherente con el enfoque de asesoramiento educacional-constructivo, así, para las estrategias de intervención de asesoramiento a las familias se tiene muy  en cuenta:
- Colaborar con las famililas en la tarea de clarificar lo que quieren. Es decir, ayudarles a definir sus expectativas y objetivos respecto a la educación escolar de sus hijos.
-Contribuir a que la familia tome conciencia de sus responsabilidades en la educación de su hijo, impidiendo el deslizamiento de toda la responsabilidad hacia el ámbito escolar o la intervención psicopedagógica.
-Familia y escuela deben reconocerse mutuamente sus competencias, lo que en la práctica significa comunicación y entendimiento, no culpabilizar a la otra parte de errores que justifiquen el abandono de las responsabilidades propias y, a su vez, valorar lo que cada contexto puede aportar al desarrollo y la educación del niño.
-Potencias las capacidades educadoras de la familia, favoreciendo que las pautas y estrategias de la educación familiar se adecuen a las características y necesidades del hijo en el momento evolutivo en que se encuentre.

DESARROLLO DEL PROGRAMA DE INTERVENCIÓN (PIAAR-R 1)



1-Técnicas de intervención

1.1-  Demora forzada

Consiste en obligar a los alumnos a tomarse el tiempo necesario antes de  dar la respuesta al problema, ejercicio o estímulo presentado. Así, se exige un tiempo mínimo, previamente fijado, para la realización de cada uno de los ejercicios de que consta el programa, antes del cual no se puede emitir la respuesta o no se puede dar por concluido el ejercicio. Para conseguir esta demora se emplea la mediación verbal (instrucciones verbales claras) y modelado participativo (llevado a cabo por la pedagoga).

1.2-  Enseñanza de estrategias cognitivas adecuadas de escudriñamiento y análisis de detalles (scanning):

No se trata sólo de que el niño emplee más tiempo en resolver la tarea, sino de que también saque más rendimiento a ese mayor período de latencia. Hay que enseñarle a escudriñar cuidadosamente los detalles, presentándole de una manera clara las estrategias pertinentes para ello.
Se les enseña los siguientes pasos:

a/ Mirar el modelo y todas las variantes o copias.
b/ Fragmentar las variantes en las partes que las componen.
c/ Seleccionar cada uno de los fragmentos y compararlos a lo largo de las variantes buscando semejanzas y diferencias entre ellos y con respecto al fragmento modelo.
d/ Determinar en el modelo la forma correcta del fragmento en cuestión.
e/ Eliminar sucesivamente las alternativas que difieran del modelo en cada fragmento.
f/ Continuar eliminando variantes hasta que sólo quede una como correcta.

Es muy importante el papel de la pedagoga que va analizando cuidadosamente los detalles en ejercicios de emparejamiento utilizando, como respuestas adicionales, la verbalización de todos los pasos que da, haciendo explícitos y claros los componentes encubiertos de la estrategia reflexiva y la realización de marcas o señales donde conviene.


1.3-  Autoinstrucciones. Enseñanza de estrategias de autocontrol verbal por medio del habla interna

Se basan en el papel del lenguaje como modulador de la conducta, es decir la función directiva del habla. Se trata de enseñar a los niños a usar el lenguaje interno como regulador de la conducta y como fuente de autocontrol.
El procedimiento utilizado consta de los siguientes pasos:
a/ La pedagoga realiza la tarea mientras se habla a sí mismo en voz alta (modelado cognitivo).
b/ El niño realiza la misma tarea bajo la dirección de las instrucciones de la pedagoga (como guía externa y manifiesta).
c/ El niño se cuchichea a sí mismo las instrucciones mientras avanza en la tarea (auto-guía manifiesta atenuada).
d/ Por fín, el niño realiza la tarea mientras guía su actuación por medio del habla interna, privada, inaudible, o autodirección no verbal (auto-instrucción encubierta).

Partiendo de este procedimiento general, se le enseña un método de resolución de problemas al niño, que consta de los siguientes pasos:
1.       Identificación del problema y toma de conciencia de lo que se traba (“Qué es lo que tengo que hacer?”).
2.       Centrado de la atención y guía de la respuesta. Focalización de la atención en la respuesta que se da a esa pregunta recién autoformulada (“Bien, detente ahora y repite las instrucciones”).
3.       Habilidades del dominio de la autoevaluación y autorrefuerzo; se le enseña a autoevaluarse y a autorreforzarse (“Bien, lo estoy haciendo bien”).
4.       No descentrarse de la tarea y corrección de errores, si se producen (“Está bien hecho y, si me equivoco, puedo hacerlo más despacio, corregirlo y de todos modos tengo que repasarlo, por si acaso”).
Teniendo en cuenta la edad de los niños, diseñamos unas mascotas que consisten en unos lápices animados, cada uno de ellos con un mensaje visual muy claro, que se refieren a situaciones diferentes, en las que desglosamos el procedimiento de resolución de problemas.´









 Los mensajes que los niños deben memorizar e integrar en su trabajo ordinario son los siguientes:

1.       Atención, ¿Qué tengo que hacer? Escucho.
2.       Leo atentamente. Me fijo mucho.
3.       Pienso. Hago un plan.
4.       Respondo. Hago el ejercicio. Lo hago con cuidado. Puedo hacerlo bien.
5.       Repaso el trabajo con atención y, si me equivoco, lo corrijo.
6.       Lo conseguí. Soy bueno en esto.

Estas mascotas, con los seis pasos, dibujadas en tamaño grande, presiden la clase y son visibles en todo momento, y también son incluidas, en tamaño pequeño, en cada una de las hojas de los ejercicios del programa que hubieron de resolver los alumnos.

Este procedimiento fue enseñado a los alumnos de manera gradual, de acuerdo con los pasos establecidos:
Realización de la tarea por el modelo-profesor o agente educativo, con habla externa que explicita os pasos, dirección de los alumnos por parte del modelo con habla externa, autodirección susurrada y autodirección encubierta, por el habla interna, no audible, hasta que fue integrado por los alumnos.



1.4-  Entrenamiento en solución de problemas

El entrenamiento en solución de problemas ha sido muy eficaz para incrementar la reflexividad.
Se utiliza un procedimiento específico, el “PT” (Plan Training o Plan de Entrenamiento). Este programa plantea problemas hipotéticos tomados de la vida corriente y enfatiza la producción de múltiples alternativas de solución y el análisis de sus posibles consecuencias positivas y negativas antes de quedarse con la solución que, en términos de costo, riesgo y precisión, se considere la mejor. 


1.5- Modelo participativo

El uso del modelado participativo aumenta la reflexividad. El modelado está continuamente presente en este programa, inmerso en las otras técnicas y en todas las sesiones del mismo: la pedagoga ejemplifica ante los alumnos la realización de los ejercicios del programa para que aprendan reflexividad y los corrige verbalizando las estrategias de solucuón.

1.6- Reforzadores

El refuerzo contingente a la realización de la conducta es muy eficaz para incrementar el tiempo de latencia y también para disminuir los erros.
Para reforzar la ejecución de los alumnos se debe utilizar en cada ejercicio el refuerzo social, el ánimo de todos los compañeros del grupo: la aprobación, el ánimo, el reconocimiento y la crítica constructiva, animando a la mejora a los que se equivocan.

lunes, 22 de abril de 2013

COLABORACIÓN EN LA APLICACIÓN DEL PROGRAMA DE ENSEÑANZA PARA LA REFLEXIVIDAD “PIAAR-R1”

Partiendo de la constatación de que la reflexividad ayuda a los niños a adaptarse al mundo que les rodea mucho mejor  que la impulsividad y, desde la perspectiva de ayuda a los educadores, participo junto con la pedagoga del centro en el programa “Método PIAAR-R 1” cuya edad óptima de aplicación es entre los 7 y los 11 años, en sesiones semanales para aquellos alumnos (8 de tercer ciclo de primaria) a los que previamente se les ha detectado la necesidad de trabajar la capacidad reflexiva frente a la impulsiva, teniendo en cuenta su vinculación con el rendimiento académico y repercutiendo además de forma notoria en la personalidad, desarrollo intelectual y conducta de estos niños.
 

Justificación

Los maestros se encuentran a menudo con alumnos de bajo rendimiento en exámenes y tareas cotidianas debido a su impulsividad. A veces los niños no contestan, o lo hacen de forma inadecuada, a cuestiones que son capaces de resolver por su nivel intelectual y de conocimientos, porque no son capaces de pararse a pensar “Qué es lo que tengo que hacer?”. Otras veces se deja sin contestar la segunda parte de una pregunta simplemente porque no se dan cuenta de que estaba allí.
Muchas veces los profesores se limitan a decirles que se fijen más, que sean más atentos y cuidadosos, que reflexionen más y que no sean tan alocados e impulsivos. Sin embargo, la experiencia se repite una y otra vez y los niños vuelven a cometer los mismos errores u otros similares.

Este programa de enseñanza de reflexividad, de fácil aplicación en el aula, se puede enseñar a los alumnos igual que cualquier asignatura curricular. Con ello se consigue (se ha utilizado también en el gabinete en cursos anteriores) que los alumnos mejoren su rendimiento académico y sus calificaciones. No es que, con ello, se hagan más inteligentes, sino que sacan más partido a sus conocimientos y destrezas. Además, la mejora en reflexividad llevará consigo una mejora en aspectos de su personalidad y su conducta, tales como agresividad, autocontrol, etc.
Se trata de enseñar a los alumnos a tomar conciencia de los procesos cognitivos que se utilizan en el aprendizaje para aprender a controlarlos, reconducirlos y optimizarlos situándonos en el campo de aprender a aprender y de la metacognición.

martes, 16 de abril de 2013

Mejora de la calidad educativa del centro



El Gabinete Psicológico y Departamento de Orientación tiene la finalidad de ayudar y orientar en los procesos de enseñanza-aprendizaje, en estrecha y permanente colaboración con todos los miembros que configuran nuestra Comunidad Educativa: profesores, tutores, personal de apoyo, alumnos y padres.

* Con el alumnado:
  • Seguimiento y detección de dificultades de aprendizaje, estableciendo las medidas oportunas, teniendo siempre en cuenta que nuestra labor se desarrolla en el ámbito escolar y para todo el cetro educativo, y por ello, los casos que así lo requieran serán derivados a otros profesionales de otros ámbitos con los que podremos mantener coordinación para un buen seguimiento del alumno/a.
  • Evaluación psicopedagógica mediante baterías de test al finalizar cada ciclo, análisis de resultados, interpretación, elaboración y devolución de informes con pautas en caso de detección de necesidades.
  • Ayudar a los alumnos/as en momentos de mayor dificultad.
  • Orientación académica y profesional .
* Con las familias:
  • Cooperar en la relación tutores-familia en la solución de problemas que afectan a sus hijos.
  • Orientar a las familias de forma individual o colectiva para que asuman responsablemente la educación y orientación de sus hijos
* Con el profesorado-centro educativo:
  • Colaborar en la detección de problemas educativos, de desarrollo y/o aprendizaje que presenten los alumnos.
  • Elaboración de informes de derivación a los Equipos de Orientación Educativa y Psicopedagógica  
    • Informar acerca de la evaluación psicopedagógica de los alumnos.
    • Apoyar en el desarrollo del Plan de Acción Tutorial.
    • Apoyar en el desarrollo del Plan de Atención a la Diversidad.
    • Apoyar en el desarrollo del Plan de de Actuación de las Especialistas de Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje.
    • Apoyar en el desarrollo del Plan de Orientación Académica y Profesional.
    • Asesoramiento y orientación técnica en los procesos de enseñanza-aprendizaje, evaluación y promoción de alumnos, realización de adaptaciones, organización y agrupamiento. etc.
    • Participación en reuniones: Comisión de Coordinación Pedagógica; Juntas evaluación, Reuniones de ciclo, Claustros, Consejo Orientador, etc.
La psicopedagoga del centro tiene como misión principal la mejora de la calidad educativa del centro en todas sus etapas (infantil, primaria y secundaria) si bien es cierto que quizás su acción se centra más en la etapa de infantil y primer ciclo de primaria al considerar que es ahí donde debe centrar los procesos de evaluación para detectar posibles trastornos de desarrollo a tiempo.
Por un lado, establece las pautas de actuación hacia los alumnos con necesidades educativas especiales de las que se encargan las otras dos personas que forman parte del equipo de orientación (profesora AL y PT) tras un diagnóstico formal, fruto generalmente de la demanda de tutores y/o familia.
Por otro lado, se centra en la observación y evaluación de los alumnos en su práctica educativa para detectar la necesidad de posibles actuaciones psicopedagógicas.
Por último, quiero destacar su papel de asesoramiento al equipo docente a nivel individual y colectivo (siendo destacable la detección de un alumno al que se le ha diagnosticado en este curso Síndrome de Asperger ante lo cual, la psicopedagoga ha intervenido en la formación al respecto a todo el claustro docente).
A nivel personal, se implica ampliamente en acciones formativas promovidas por la Comunidad de Madrid o el Ayuntamiento de Alcorcón.





lunes, 15 de abril de 2013

Papel del equipo de orientación


La cesión o traspaso de la intención educativa de formar a los escenarios educativos de la educación formal implica la obligación y la necesidad de evaluación y control de los logros educativos alcanzados y el compromiso de revisar y regular el proceso de educación si éstos no se consiguen. Quiero destacar en este punto el crucial papel que tiene la orientación en cuanto a la revisión, regulación y ajuste de estos logros educativos a los cuatro principios básicos que conceptualizan el binomio enseñanza-aprendizaje como un proceso de culturización, contextualización, mediación y consecución de autonomía. Para ello, es imprescindible una cooperación real, poniendo claros los límites y responsabilidades de cada profesional implicado y evitando la continua demanda de soluciones urgentes (para ayer) que sólo arreglan los problemas a corto plazo sin que en realidad supongan un avance. Es por ello además que el asesor, desde un enfoque constructivista, rechaza las relaciones de dependencia profesional que crean indefensión ante posibles conflictos.
En cuanto a la relación profesional y el grado de dependencia entre orientador y orientado, el orientador debe estimular a docentes, alumnos y padres en su autonomía en la toma de decisiones a fin de evitar la dependencia. Esta relación profesional tiene que ser colaborativa y de complicidad. De no ser así, se puede producir un déficit en la mediación recibida, lo que repercutiría directamente en las dificultades de aprendizaje de los alumnos implicados.